lunes, 7 de abril de 2014

EL ANTIGUO MERCADO, ACTUAL HOGAR DEL JUBILADO

     La imagen de hoy nos ofrece una vista de un lugar emblemático de Arjonilla, lo que los arjonilleros denominamos, aunque ya menos que antes, como la plaza. Este era el lugar donde acudían antiguamente los arjonilleros en busca del trabajo diario. Hoy en cambio allí se dan lugar principalmente los que precisamente no buscan ya trabajo porque ya finalizaron su vida laboral.
       Dejaremos pendiente para otro momento la peculiar denominación que le damos los arjonilleros a este lugar (la plaza) y a la Plaza de la Encarnación (mercao).
     Este edificio, como consta en su fachada, fue construido en 1926 como plaza de abastos y así funcionó durante algunos años, calculo que hasta principios de los 60. El edificio ha sufrido varias remodelaciones hasta llegar a la actual situación en la que es dedicado a albergar el Hogar del Jubilado. Como cambio principal y  más apreciable a simple vista está la abertura de ventanas en la planta baja. También haciendo una comparativa con su estado actual, aprovechando la foto de más abajo, se aprecia la desaparición de una torreta que existía en el tejado y que desapareció, cuyo destino creo que era de torreta de luz eléctrica.
     En la fachada de la actual Avda. de Andalucía se aprecian tres pizarras: la central, que correspondía al Cine Calatrava y sendas pizarras ubicadas a ambos lados, una creo recordar utilizada por el ayuntamiento para sus avisos y la otra de la Cámara Agraria. Un poco más arriba se puede apreciar el letrero que pone BAR VILLALTA, como recordaréis los mayores el bar que regía José Villalta Arias, conocido como "el manchego", por su procedencia. Por cierto, una gran persona con un carácter abierto y amable.
     También se puede apreciar en su ubicación en plena calle, el kiosco que durante algunos años estuvo también ubicado en esa calle y que regía Kiko, conocido por "Kiko el del agua", porque había sido aguador vendiendo con su carro el agua potable procedente del Pozo Nuevo. Allí además de vender pipas y alguna que otra chuchería, se podían cambiar novelas y tebeos a cambio de una pequeña cantidad de dinero. También puedo afirmar que Kiko era una muy buena persona pues tuve gran trato con él ya que durante algún tiempo trabajó como ayudante de mi padre.