En el día de hoy al encontrarme preparando material para mis futuras publicaciones en esta página me he encontrado con esta imagen en la que aparece mi padre que corresponde a 1959. Después de contemplarla durante unos momentos he pensado que al igual que otras personas que han pasado por esta crónica y otras muchas que espero que pasen en tiempos futuros, hoy podía dedicarle un espacio a esta imagen y con ella rendirle a mi padre un pequeño recuerdo que bien merece por dos motivos, por haber sido un gran padre y también un arjonillero de corazón.
Así, sencillamente, sin extenderme en más elogios merecidos que podría realizarle, en este día del padre, os ofrezco esta imagen en la que aparece mi padre, por cierto, Alfonso como yo, en la parte izquierda delante de las niñas, con un pañuelo blanco entre sus manos. Algunas de las personas allí congregadas se encontraban esperando la llegada del carro del agua con una larga cola de cántaros para llevarlos a su casa llenos del agua potable necesaria para la vivienda familiar.
Todos recordaréis el lugar en el que está tomado, en la esquina de los Reyes, en la confluencia de la calle Juan Ramón Jiménez con la carretera. Sirve de referencia el poste de la esquina donde en aquellos años estaba ubicado el comercio de Carlos Ramírez Olivares.
