Ante tan atroz barbarie no se me ocurre otra cosa que elevar una oración por los fallecidos y sus familiares, heridos y todo el pueblo francés, que sabemos estará sufriendo como el nuestro ya lo hizo hace algún tiempo. Y pedir a los lectores de esta crónica que se unan a esta oración.
Y finalmente mi mayor deseo: "Que sea la última".