En el recientemente finalizado mes de marzo la lluvia registrada fue escasa, ante todo por la gran necesidad que se tiene de ella, pues sólo se han contabilizado 49 litros de agua de lluvia por metro cuadrado que se repartieron de la siguiente manera:
DÍA
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17
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18
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18
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20
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21
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22
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23
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24
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LITROS/M2
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4,5
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1
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1,5
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10
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1
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5
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21
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5
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Como desde octubre hasta el pasado mes de febrero se llevaban registrados 262,5 litros/m2, la cantidad de lluvia recogida en lo que va de campaña agrícola 2014/15 se eleva a 311,5 l/m2.
En Arjonilla, donde la economía gira en torno al olivar, la cantidad y el modo en el que la lluvia ha caído hasta ahora, hace que este cultivo atraviese malos momentos. A comienzos de marzo, el olivar se encontraba en muy mala situación y los olivareros hablaban de una necesidad al menos de una lluvia en torno a los 100 litros por metro cuadrado, que como hemos podido ver se ha quedado a la mitad.
Los agricultores estiman que la vecería de este año, después de la abundante campaña anterior, hace que los árboles estén descansados y por tanto aptos para dar una producción importante en la próxima recolección, pero siempre y cuando éstos dispongan de agua. Es sabido además, la necesidad de agua del olivo en este período de la primavera durante la prefloración.
Si el agua no llega, las posibilidades de una buena cosecha se reducen al mínimo. Lo malo es que las previsiones meteorológicas para la primera quincena de este mes anuncian total escasez de lluvia. Confiemos en que esto cambie por el bien de la economía del pueblo, como ya hemos dicho, basada fundamentalmente en el monocultivo del olivar.
En Arjonilla, donde la economía gira en torno al olivar, la cantidad y el modo en el que la lluvia ha caído hasta ahora, hace que este cultivo atraviese malos momentos. A comienzos de marzo, el olivar se encontraba en muy mala situación y los olivareros hablaban de una necesidad al menos de una lluvia en torno a los 100 litros por metro cuadrado, que como hemos podido ver se ha quedado a la mitad.
Los agricultores estiman que la vecería de este año, después de la abundante campaña anterior, hace que los árboles estén descansados y por tanto aptos para dar una producción importante en la próxima recolección, pero siempre y cuando éstos dispongan de agua. Es sabido además, la necesidad de agua del olivo en este período de la primavera durante la prefloración.
Si el agua no llega, las posibilidades de una buena cosecha se reducen al mínimo. Lo malo es que las previsiones meteorológicas para la primera quincena de este mes anuncian total escasez de lluvia. Confiemos en que esto cambie por el bien de la economía del pueblo, como ya hemos dicho, basada fundamentalmente en el monocultivo del olivar.