Hoy, 1 de octubre de 2015, nuestro Cementerio Municipal se convierte en centenario. Con este motivo he realizado este pequeño trabajo para tratar de recordar los lugares de enterramiento de los arjonilleros en la segunda mitad del segundo milenio de la Era Cristiana, siglos XVI al XX.
ENTERRAMIENTOS EN ARJONILLA
SIGLOS XVI AL XX. CENTENARIO DEL CEMENTERIO MUNICIPAL
Con
motivo de la celebración del centenario de la inauguración de nuestro
Cementerio Municipal he considerado puede ser momento oportuno para el análisis
de los lugares de enterramiento de los arjonilleros y lo vamos a hacer en el
período que va del siglo XVI al XX.
Remontándonos al siglo XVI, los enterramientos tenían lugar en las iglesias y ermitas. A principios de este siglo la parroquia era Santa María del Val Rico, la actual ermita de la Soledad, y allí se llevaban a cabo los enterramientos de los arjonilleros difuntos. Otro lugar en el que con anterioridad se habían realizado es la ermita de Santa Catalina ubicada en el interior del castillo. También serían inhumados los cadáveres en el resto de ermitas existentes en el pueblo que a mediados de este siglo eran además la de San Roque, San Cristóbal, Santa Brígida, San Sebastián y la Concepción.
En 1554, la parroquia pasa a ser la actual iglesia de la
Encarnación y por tanto también se convertiría en lugar de reposode los restos
de los fallecidos. Estos enterramientos se producían tanto en el interior como
en el exterior del templo. Recordaremos que hace algunos años cuando se llevó a
cabo la remodelación de la lonja de la parroquia, en torno a la zona donde años
atrás estuvo ubicado el templete de la música, aparecieron bastantes restos,
que se suponen serían procedentes de enterramientos allí realizados.
La
elevada ocupación del templo parroquial de cadáveres es lo que llevaría al
párroco don Bernardo Antonio Calmaestra a proceder a la construcción de un
Panteón en el lugar que hoy ocupa el Salón Parroquial, cuya fachada tiene una
estructura similar al Panteón romano de Agripa, debido a que el neoclasicismo, esta tipología de templo
dedicado a los dioses, lo copia para uso funerario.
Este es el origen de la denominación que utilizamos de panteón en los cementerios para llamar a los enterramientos.
Para ello llevó a cabo la correspondiente solicitud que fue tratada por el pleno municipal el 3 de julio de 1774:
Este es el origen de la denominación que utilizamos de panteón en los cementerios para llamar a los enterramientos.
Parte superior del Panteón de Agripa en Roma |
Parte superior del frontal del Salón Parroquial a la Avda. de Andalucía |
Para ello llevó a cabo la correspondiente solicitud que fue tratada por el pleno municipal el 3 de julio de 1774:
“...Dn.
Bernardo Antonio Calmaestra Cura de la Iglesia Parroquial de esta Villa y
Maiordomo administrador de los bienes de su fábrica, ante Vs. como más haya
lugar digo me hallo con licencia del Iltmo. Sr. Obispo de este Obispado para
construir un Panteón o sepulcro jeneral en las cassas que fueron antiguamente
de dicha fábrica y después de los Pantoja de quien han vuelto a ser de dicha
Iglesia y necesitándose para dicha nueva fábrica de varias porciones de cal que
se intentan fabricar por quenta de dicha Iglesia para hacerlo a su nombre:
Suplico se sirva conceder su licencia para executarla; y asímismo para sacar la
piedra que se necesite para dicha obra en los sitios donde se encuentre y sea
de común aprovechamiento en lo que el suplicante recibirá merced a nombre de
dicha Iglesia y Fábrica por la que pedirá a Dios dilate la vida de Vs. por
muchos años.”1
En sesión del Cabildo celebrada el
10 de marzo de 1775, se le concede licencia para construir las caleras que sean
necesarias para la construcción del Panteón. También se le indica que la piedra
podrá ser sacada de donde la haya, haciéndole constar que si se saca de la
ermita de San Roque, donde se sacó la de la lonja, deberán dejar empedrado el
sitio que sea removido2.
Las dificultades para llevar a cabo enterramientos en la
parroquia nos lo confirma el testamento de Doña Ildefonsa Cobo (1783), cuya voluntad expresada en el mismo era que
si no se pudiera enterrar junto al púlpito, que
fuera enterrada donde dispusiese la parroquia, ya que se le había puesto
una solería nueva de jaspe al templo3.
En
1784 una Real Orden de Carlos III dispuso que los cadáveres no fuesen inhumados
en los templos pero no comenzó a cumplir hasta principios del siglo XIX tanto
por las limitaciones presupuestarias de los administradores parroquiales como
por la resistencia de los feligreses.
La
necesidad de un cementerio quedó claramente expresada por la Junta Local de
Sanidad en un escrito dado a conocer al Pleno de la Corporación Municipal en el
que se informa que los enterramientos se llevan a cabo en un corral del
convento y que habría que buscar un lugar adecuado4.
Unos meses después, en agosto de ese mismo año de 1821
se
da a conocer al Pleno de la Corporación Municipal el descontento de los
eclesiásticos de la parroquia que tras el funeral celebrado en el templo
parroquial acompañaban al cadáver junto a la Cruz Parroquial hasta la ermita de
San Cristóbal en los extramuros del pueblo que se encontraba en ruinas y lugar
donde se había realizado una zanja profunda para que pudieran enterrarse
bastantes cadáveres en poco espacio de terreno. El Alcalde manifestó estar de
acuerdo con los clérigos en la incomodidad de tener que subir hasta ese lugar
con los cadáveres y en lo peligroso para la salud de la población sobre todo en
la época de más calor. Se acordó comunicar a los eclesiásticos que podrían
llevar a cabo los sepelios como en los demás pueblos, sin que tuvieran que
desplazarse hasta el lugar del enterramiento5.
Ermita de San Cristóbal según dibujo de Manuel Cuesta |
En
el primer cuarto del siglo XIX también se realizaban
entierros en el Convento
franciscano de Santa Rosa de Viterbo. Como ejemplo tenemos al Diputado en las
Cortes de Cádiz y Brigadier de los ejércitos, Francisco González Peinado, que
lo había dejado expresado en su testamento de fecha 11 de noviembre de 1820 su
deseo de ser enterrado en el interior del convento de San Francisco, inmediato
al altar de Ntra. Sra. de los Dolores. En la sesión plenaria del Ayuntamiento
celebrada el mismo día del fallecimiento de Francisco González, queda recogido
que fue enterrado en el lugar indicado por él en su testamento, la capilla de
Ntra. Sra. de los Dolores del Convento franciscano. Convento que luego
desaparecería con la desamortización de Mendizábal.
Placa a Francisco González Peinado en el Salón de Plenos del Ayuntamiento |
Dos años después, en 1822, Antonio Mercado Tapia en su
testamento ante el escribano Francisco de Martos,deja indicado su deseo de ser
enterrado en el cementerio, pero sin dejar indicado el mismo.6
En el mismo año que el
anterior, el presbítero Bernardo Jiménez Calmaestra, manda también en su
testamento ser enterrado en el cementerio y que al mismo asistan todas las
cofradías.7 Tampoco da señales del cementerio que suponemos que como
en el caso anterior puede ser el adosado a la ermita de la Soledad.
En este período de tiempo toman impulso las medidas
legislativas tendentes a la creación de cementerios fuera de los pueblos y
ciudades pero que no encontraron seguimiento ni en las autoridades municipales
ni eclesiásticas. La Corona deseaba el traslado de los cementerios del centro a
las afueras de los núcleos urbanos por medidas higiénicas y lucha contra las
enfermedades. Como ejemplo la Real Orden de 2 de junio de 1833 que ante las
dificultades económicas para llevar a cabo estos traslados, pide la
colaboración de las autoridades eclesiásticas y civiles, determinando que se
sufraguen con los fondos de las iglesias o los fondos de propios de los
Ayuntamientos.
Ante el escaso cumplimiento de esta norma, el 12 de mayo de 1849 se publica
una nueva Real Orden en la que se prohíben los enterramientos en iglesias o
cementerios dentro de los pueblos y ciudades. Todo ello provocado por el miedo
ante la primera epidemia de cólera. En esa misma Real Orden y en la siguiente
de 1856, ante el miedo a esta enfermedad se prohíbe que las exequias se
realicen de cuerpo presente.
En octubre de 1901 una Comisión Municipal busca terreno
para instalar un nuevo cementerio. El cementerio que se utilizaba era el que se
encontraba junto a la ermita de la Soledad.
A principios de este siglo, ante la solicitud de Manuel
Parras Jiménez, prior de la iglesia parroquial, para la construcción de la
Capilla del Sagrado Corazón de Jesús, el Ayuntamiento se opone indicando de
mayor preferencia la construcción de un nuevo cementerio.
Cementerio
actual
Nuestro
actual Cementerio Municipal de Arjonilla fue inaugurado el 1 de octubre de 1915,
por lo que se ha convertido en centenario. Era Alcalde, Ángel García Lara. Y fue realizado
gracias a la gestión del presbítero,
Pedro Pérez Díaz, que fue visitando casa por casa todo el pueblo pidiendo la
colaboración económica de los arjonilleros, que con sus donativos hicieron
posible la compra de los terrenos y la puesta en marcha del mismo.
El 12 de junio de 1915 el Ayuntamiento acuerda lo siguiente: "Dadas las pésimas condiciones higiénicas que reúne el actual cementerio, insuficiente en absoluto para el fin que se venía destinando y constante amenaza a la salud pública por estar unido al casco de la población y necesitarse remover los restos mortales con peligro de aquella y escarnio del respeto que estos deben merecer; es absolutamente preciso construir uno nuevo; que esta necesidad ha sido plenamente satisfecha por el presbítero D. Pedro Pérez Díaz, el que recogiendo donativos de todo el vecindario, ha conseguido adquirir terreno y construir en el mismo un cementerio cuya escritura de donación presenta al Ayuntamiento para su aceptación definitiva. El Ayuntamiento haciendo constar la satisfacción que le produce ver coronadas por el éxito más lisonjero los esfuerzos de todos y muy especialmente del Sr. Pérez Díaz, aceptó la donación del cementerio católico construido bajo la dirección del arquitecto provincial D. Justino Flores Llamas, acordando que se instruya el expediente necesario para justificar que dicho cementerio reúne las condiciones prescritas por la legislación vigente y al efecto que se reclame del Sr. Juez Municipal certificación de las defunciones ocurridas en este término durante el último decenio; convóquese la junta municipal de sanidad para que el inspector certifique del acuerdo de la misma sobre las condiciones del cementerio; requiriendo a los médicos D. Manuel Fernández Alonso y D. Francisco Sotomayor García para que informen acerca de la higiene del mismo."8
En
el expediente abierto a los efectos de la construcción del cementerio se
recoge que el cura visitó todas y cada una de las casas del pueblo en
solicitud de ayuda, siendo la respuesta generalizada muy buena, tanto en dinero
como en materiales.
Los terrenos comprados por el cura donde fue construido el cementerio fueron
los siguientes:
- Un haza de 20 áreas y 22 centiáreas a Pedro Díaz Carmona por 150 pesetas.
-
Un haza de 47 áreas y 33 centiáreas a Bernabé Nevado Hernández por 450 pesetas.
- Un haza de 9 áreas y 52 centiáreas a Isabel Villar Hernández por 145 pesetas.
- Un haza de 19 áreas y 3 centiáreas a Cristóbal Carmona Gómez por 290 pesetas.
Los cuatro terrenos suponen un total de 9.134 metros cuadrados que costaron
1.035 pesetas.
El arquitecto que diseñó la fachada del cementerio fue
Justino Flórez Llamas, leonés de nacimiento, afincado en Jaén, donde fue
arquitecto provincial y diocesano. Su estilo arquitectónico afirman que era
espiritual y evocaba en sus diseños al neogótico, al neorománico y al
románico-bizantizo.
Entre sus principales obras destaca el Palacio Provincial, sede actual de la Diputación Provincial; la Iglesia Parroquial de Ntra. Sra. de la Asunción de Porcuna; Seminario Diocesano de Jaén; Asilo de Hermanitas de los Pobres en el Paseo de la Estación de Jaén; y el Teatro Darymelia de Jaén (1927), llamado así en honor de sus dos hijas, Daría y Amelia.
En Jaén, en la Plaza Deán Mazas podemos apreciar un
monumento erigido en su memoria, realizado por el escultor José Capuz y que representa la figura de un minero desnudo soportando una gran piedra. Como dato anecdótico, la escultura original se encuentra en el Museo Provincial.
Fachada del cementerio en la actualidad |
Entre sus principales obras destaca el Palacio Provincial, sede actual de la Diputación Provincial; la Iglesia Parroquial de Ntra. Sra. de la Asunción de Porcuna; Seminario Diocesano de Jaén; Asilo de Hermanitas de los Pobres en el Paseo de la Estación de Jaén; y el Teatro Darymelia de Jaén (1927), llamado así en honor de sus dos hijas, Daría y Amelia.
En Jaén, en la Plaza Deán Mazas podemos apreciar un
monumento erigido en su memoria, realizado por el escultor José Capuz y que representa la figura de un minero desnudo soportando una gran piedra. Como dato anecdótico, la escultura original se encuentra en el Museo Provincial.
En
julio de 1926 la autoridad municipal autoriza la limpieza y traslado de los
restos del antiguo cementerio al nuevo, quedando éste clausurado.
Capilla
del cementerio
El
30 de julio de 1925 falleció en Arjonilla Rafael Coello de Portugal y Pérez del
Pulgar, hijo de Alonso Coello de Portugal y Contreras, hijo adoptivo y preclaro
de Arjonilla. Este hecho queda recogido en el diario madrileño LA ÉPOCA en su
edición del día primero de agosto de ese año, así como su esquela mortuoria.
Fue
precisamente el fallecimiento de esta persona lo que originó la posterior
construcción de la capilla del cementerio y la cripta familiar de la familia
Coello de Portugal. La Corporación Municipal en sesión plenaria extraordinaria
celebrada el 6 de agosto de ese año, informa de la instancia presentada por
Alonso Coello de Portugal y Pérez del Pulgar en la que hace constar su gratitud
y agradecimiento más profundo por la cesión del terreno para la sepultura de su
hermano Rafael en el Cementerio Católico Municipal y sitio señalado para la
construcción de la Capilla y solicita permiso para la construcción de la
capilla y cripta en la que podrán ser enterrados los sacerdotes de la parroquia
y los familiares del solicitante. “Tras detenida deliberación con
frases y conceptos encomiásticos a dicha familia merecedora del general
respeto, cariño y distinción que este pueblo le profesa ...
...el sitio que a su Sr. hermano se le ha concedido para su sepultura, bien
merecido es en razón a los beneficios que este pueblo recibió...”9
Acordó el pleno
conceder al Sr. Coello permiso para la construcción por su cuenta de la capilla
y cripta que acogerá a sus familiares y sacerdotes de esta parroquia y
localidad.
En la sesión plenaria del Ayuntamiento
celebrada el 19 de junio de 1928 se da cuenta de que se ha llevado a efecto la
construcción de la Capilla y cripta en el Cementerio en virtud de la
autorización que se le concedió por este ayuntamiento con fecha 6 de agosto de
1925 al Sr. Alonso Coello de Portugal. Y que ha sido dotada de altar, imágenes
y ropa según inventario que fue presentado y al que se dio lectura. Se pide
conste el reconocimiento de este nuevo rasgo de generosidad del donante en el
que se ven es dignísimo continuador en sus obras del hijo adoptivo y preclaro
de esta villa el Excmo. Sr. D. Alonso Coello de Portugal y Contreras, su
ilustre padre.
En la parte posterior de la capilla se encuentra el acceso a la cripta de la familia Coello de Portugal
En el suelo, en la parte central de la cripta está la sepultura de Rafael Coello, que fue la primera persona sepultada allí.
Los sacerdotes enterrados en esta cripta
son los siguientes:
- Pedro Pérez Díaz, que fue el que realizó
la gestión para la construcción de este cementerio.
- Felipe García Medel
- Manuel Pérez Hernández
- Bernardo de Lara Hernández
- Eufrasio Carmona
- Antonio García Mazuelo
- Joaquín Melero Torralba
- Juan Rivas Navarrete
- Antonio Campos López
- Roque Rivas Navarrete
- Juan Pons Pérez
- Juan Hernández Díaz
- Manuel Pons Gómez
A lo largo del siglo XX y en lo que va del XXI, el
Cementerio Municipal ha ido transformándose y aumentando en función de las
necesidades del pueblo, ofreciendo siempre una imagen acorde con lo que éste
representa.
NOTAS DOCUMENTALES
1 Archivo Histórico Municipal de Arjonilla (AHMA): Actas Capitulares (AA CC) 3 de julio de 1774
2 AHMA: AA CC 10 de marzo de 1775
3 Archivo Histórico Provincial de Jaén (AHPJ): Protocolos Arjonilla 1783
4 AHMA: AA CC 11 de agosto de 1821
5 AHMA: AA CC 26 de agosto de 1821
6 AHPJ: Protocolos Arjonilla Legajo 3.721. 1882
7 AHPJ: Protocolos Arjonilla Legajo 3.721. 1882
8 AHMA: AA CC 12 de junio de 2015
9 AHMA: AA CC 6 de agosto de 1925